Son
como una horda post-apocalipsis,
gente
de ojos tristes buscando en las sobras,
tratando
ser sombras, tal vez invisibles,
pobres
infelices que al gobierno estorban.
Que
son el contraste más franco y rotundo
de
idílicos mundos, que cuentan campantes
esos
gobernantes de principios nulos,
con
el dolor crudo de las realidades.
Son
los relegados de un indiferente
país
donde la gente mira hacia otro lado,
donde
los humanos que son indigentes
procuran,
sufrientes, un sustento vago.
Vergüenza
indecible que en el alma duele
pero
no conmueve credos ni gentiles.
La
horda, incomprensible, basura revuelve,
niños,
y mujeres, y hombres invisibles.
ALDO R. GUARDATTI
(Del libro "Desprecia2 y despreciables II")
(Todos los derechos reservados)
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