SOLO PALABRAS

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sábado, 5 de enero de 2019

OBJETOS PERDIDOS


Desesperados, los chicos,
han dado vuelta la casa.
No hallaron las zapatillas,
ni las ojotas, ni nada…
Y entre búsqueda y cansancio,
muy tarde el sueño les gana.
Como andan patita pila
al calzado no lo extrañan,
pero pasarán los Reyes
y sin zapatos, no paran.
Igual quedó en la cocina
una jarrita con agua
y unos platitos con pasto
“pa’ los camellos”, contaban.
El padre los ve dormidos 
con la tristeza en sus caras.
La vergüenza y la impotencia
le hacen arder el alma.
Escondió él las zapatillas
porque otra forma no hallaba
de decirles que no hay reyes
cuando el padre no trabaja.
Mezcla de llanto e insultos,
va mascullando palabras.
Pensando sólo en sus hijos,
se va a llorar a su cama.
En el cuarto no hay más nadie
y él, abrazado a la almohada,
llora porque no hay trabajo,
porque la plata no alcanza.
Así se duerme llorando,
ansiando no haya mañana,
más tarde llega su esposa
y a su espalda se le abraza.
De repente un griterío
de chiquillos entusiastas
y la claridad del día
que ya entra por la ventana
le indican que ya ha llegado
eso que su alma desgarra.
Sin embargo cual tropel
a él sus hijos se abrazan,
le muestran una muñeca
y una camioneta blanca
que le dejaron los Reyes,
que se tomaron el agua.
Él disfruta con sus hijos
y luego va a buscar changa.
Sospecha lo que ha pasado,
pero nunca sabrá nada.
Dira: “fueron los Reyes”,
su mujer, tan obstinada.



               Aldo R. Guardatti
   (Todos los derechos reservados)
            (Imagen de la red)