o es mi lógica
distinta,
pero, disculpe, no
entiendo
esa idea de salvar
vidas
asesinando inocentes
hasta con cierta
apatía.
Por declarar a alguien
muerto
nada más se necesita
que su corazón se pare,
que lo venza la fatiga.
¿Por qué, entonces, aún
no vive
-según algunos afirman-
el ser cuyo corazón
desde el vientre ya palpita?
Respeto su decisión
aunque sea mi idea distinta,
pero no logro
entenderla
por mucho que usted me
explica.
No es cuestión de
religión,
de fanatismo o política,
nada más no comprendo
que en defensa de la
vida
se sacrifique inocentes
con aval de la
justicia.
Quizás soy un
ignorante,
o muy chapado a la
antigua,
pero hay cosas que no
entiendo
por mucho que las
explican.
ALDO R. GUARDATTI
(Todos los derechos reservados)
Muy buena reflexión, poeta
ResponderBorrarMuchas gracias.
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