Igual que todas las flores,
no precisas prenda alguna
para realzar tu belleza,
que ya es mucha tu hermosura.
Y tu piel se me figura
cual pétalos encendidos
do quiero dejar mis besos
como gotas de rocío.
Como un picaflor hambriento
libar tu dulce corola,
embriagarme con tu néctar
y estremecerme en tu aroma.
Al contrario de otras flores,
esplendorosas de día,
eres más bella de noche,
aún más cuando te hago mía.
Mezcla de flor y mujer,
también de musa y de ninfa,
que ansío hacer florecer
en el jardín de mi vida.
ALDO R. GUARDATTI
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