Luces con desenfado sugestivo atavío,
tan breve y atrevido como sofisticado.
Yo disfruto, encantado, aunque no sorprendido,
y en tanto más te miro, más me vas hechizando.
Aunque el género oscuro me oculta tus encantos,
su brevedad es algo que bien me deja mudo.
Eres fruto maduro, presto a ser devorado
por mi deseo exaltado, tan humano y profundo.
Ya empiezo a preguntarme, sin pronunciar palabra,
si, acaso despojada de la lycra y encajes
igual has de encantarme cual por arte de magia,
solamente ataviada con tacos elegantes.
Y como si pudieras leer mis pensamientos,
sin dudar un momento te sales de esas prendas.
Así, ante mí te muestras cortándome el aliento,
en medio del silencio, con los tabúes fuera.
Palpita una tormenta por entre nuestros cuerpos,
un estremecimiento que al éxtasis nos lleva.
ALDO R. GUARDATTI
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