SOLO PALABRAS

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lunes, 13 de marzo de 2017

LA SIRVIENTA

Con la ilusión escondida
en una vieja valija,
llegó desde tierra adentro
la tímida muchachita,
a trabajar de sirvienta
en casa de una familia. 

Trabajando sin horarios,
sin domingos ni feriados,
solo por cama y comida
y unos mugrosos centavos,
sus sueños se desvanecen
entre trabajos variados. 

En el fondo de la casa,
en una pieza sombría,
por las noches se refugia
en infantil fantasía,
mientras lágrimas deslizan,
amargas, por sus mejillas.             

Anda siempre cabizbaja
con la mirada perdida,
con los talones rajados
y manos encallecidas;
pasa a veces por tu rostro
un espectro de sonrisa.


Como gente de segunda,
de inferior categoría,
padece de los patrones
abusos y alevosías.
Su alma sufre en silencio
disimulada agonía.- 

                              ALDO R. GUARDATTI 
                 (Del libro "Despreciados y despreciables")
                          (Todos los derechos reservados)


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