SOLO PALABRAS

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jueves, 4 de mayo de 2017

MAÑANA TAL VEZ

Ama de casa que es prisionera
de la rutina, sin redención,
me contó un día sobre su pena,
la que te cuento ahora yo.

Se casó toda ilusionada,
entre promesas y fantasías,
y lentamente a sus jornadas
las opacó la monotonía.

De la rutina se escapó un poco
cuando llegó la maternidad,
pero en la cuenta cayó muy pronto
que cada día era al previo igual.

Con sus encantos aún latentes
nunca faltaba un admirador,
y alguno de ellos la tentó a verse
en un secreto encuentro de amor.

Ardió su sangre, vibró su cuerpo
como no pudo ella recordar,
y en su interior surgió un nuevo sueño,
entre el pecado y la libertad.

Cabeza fría, sobre la balanza
poniendo todo para evaluar,
pesaba mucho su rol de madre,
que una aventura más, mucho más.

Y abandonando esa dulce euforia,
de regreso a la monotonía,
ella repite hora tras hora,
sin que la escuchen, sólo “familia”.

Piensa en el día que no estén sus hijos
y una frase repite también,
y se acaricia sobre el vestido,
y murmura “mañana tal vez”.

Es el secreto que me contaba
aquella tarde, aquella mujer,
y yo pensaba: Deben ser varias
las de un “mañana” con un “tal vez”.

                             ALDO R. GUARDATTI
                        (Todos los derechos reservados)


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