¿A qué negar lo evidente
si ansío hacerte el amor?
Ansío entrar en tu cuerpo
desbordante de pasión,
más sería feliz tan sólo
pudiendo sentir tu voz
acariciar las palabras
surgidas del corazón
cuando me dices te amo,
o murmuras la canción
que llega sola a tus labios
cuando piensas en los dos.
¿Cómo negar que yo ansío
irrumpir cual vencedor
en tu tibia ciudadela
que despierta mi ilusión?
Pero sería dichoso
si pudiera verme yo
reflejado en tus ojitos
-luceros de ensoñación-
donde el brillo de tus sueños
transforma el gris en color.
Anhelo que a nuestras pieles
las cubra el mismo rubor
y vibrar, enardecido,
viril, bohemio, varón,
sobre tu cuerpo de seda,
capullo de excitación,
y el éxtasis nos inunde
en dulce espasmo de amor,
pero tan sólo con verte
tendría mi alma calor,
verte aunque sea a la distancia,
aunque sea un segundo o dos,
aunque tú no te des cuenta
feliz estaría yo.
Ansío cosas intensas,
desbordantes de pasión,
cosas mágicas y épicas
para hacer sólo tú y yo,
pero juro, me conformo
nada más con la ocasión
de poder tenerte cerca
y escuchar tu suave voz,
de agasajar a mis ojos
con la sensual bendición
de tu figura insinuante
y tu sonrisa de sol,
y acaso, si se pudiera,
sentir la satisfacción
de tu mano entre las mías,
cual de Cupido un pichón,
y un beso disimulado
sin permiso ni perdón,
que si bien lo que me inspiras
es vendaval de pasión,
ni siquiera sería brisa
sin el soplo de tu amor.-
ALDO R. GUARDATTI
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