¿QUIÉN PUEDE SER ESCRITOR?

En algunas de las presentaciones de mis libros, hubieron personas que me formularon esta pregunta. Yo les respondía que cualquiera puede ser escritor, todo es cuestión de proponérselo y dar el mejor esfuerzo, pero de allí a ser un buen escritor, ya es un poco más meticulosa la cosa, pero, como decía mi abuelo, imposible es un mal sinónimo de no intentado.

Para ser un buen escritor se requieren, entre otras cosas, a mi humilde modo de ver, dos características básicas que se deben procurar: una es ser un gran lector. No puede ser un buen escritor quien no es adicto a la lectura. Cuentan que cuando un periodista le preguntó a Jorge Luis Borges a cual de sus libros consideraba que le debía su fama de escritor, contestó airado el genio "¡A ninguno! Esa fama se la debo a los libros que he leído." Está todo dicho.

La otra característica, es ser creativo. Si me piden que especifique qué es ser creativo, creo que nada lo resume como uno de los consejos de mi abuelo: "Vé lo que todos han visto, pero piensa lo que nadie ha pensado". Seguro no faltará quien me increpe ¿Cómo saber si nadie pensó antes lo que yo piense? Para nuestro propósito nos conformaremos con que nadie lo haya escrito, o más específico aún, que nadie lo haya publicado.

Un buen ejercicio para la creatividad es el que se ve en la película The Magic of Belle Isle (2012 - titulada en español como "El verano de sus vidas"), cuando el señor Wildhorn le pide a Flora, pequeña aspirante a escritora, "dime lo que ves allí", como Flora no comprendía, el señor Wildhorn reformuló la pregunta "Dime lo que no ves allí". Ahí radica el ejercicio y el secreto: en contar lo que los otros no imaginan, pero hacerlo como si fuera real.

Me encanta pensar que los escritores somos los mayores fabuladores que existen, ya que hacemos creer a nuestros lectores que es absolutamente real una historia que fluyó de nuestra imaginación al papel (o a la pantalla).

La buena noticia: Tanto la capacidad lectora como la creatividad pueden cultivarse.