Ansío deslizarme sobre tu piel
desnuda
para encender certezas y diluir
las dudas,
y que mi paraíso florezca, ya, en
tu cuerpo,
y en ese tibio edén poder
sentirme eterno.
Ansío deslizarme sobre tu piel
desnuda,
que tenues se reflejen los rayos
de la luna
sobre el rastro que dejen en tu
rubor mis besos,
sumergirme en tu abismo, bucear
en tus misterios.
Ansío deslizarme sobre tu piel
desnuda
y que aflore tu instinto aferrado
a mi ternura,
que un vendaval se forme de besos
y gemidos,
de caricias profanas, pecados
consentidos.
Ansío deslizarme sobre tu piel
desnuda,
rodeándome tus piernas, asido a
tu cintura,
entrar pleno de bríos en tu
cuerpo anhelado,
ser una sola carne por mandato
sagrado.
Colmados de deseo, borrachos de
erotismo
se unirá nuestra esencia, nada
será lo mismo,
y al convocarnos Venus, cuando
cuerpos acudan,
deslizaré, entusiasta, sobre tu
piel desnuda.
ALDO R. GUARDATTI
(Del libro "La camisa clara")
(Todos los derechos reservados)
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