Recién
entré a la casa, sutilmente se escucha
como
un coro en voz baja el ruido de la ducha.
Donde
surge el murmullo despacio me encamino
y
voy dejando un rastro de ropa en el camino.
La
puerta está entreabierta, bisagras engrasadas,
sigiloso
y desnudo, entro sin decir nada.
Ya
tu sensual silueta delata la cortina
y
aquello que no veo mi mente lo imagina.
Avanzo
agazapado, como un depredador
en
una cacería de amor y de pasión.
Por
donde está tu espalda ingreso a la bañera
y
al verte así, desnuda, florecen primaveras.
Desde
atrás yo te abrazo liberando mis ansias
mientras
tú te estremeces con sensual elegancia.
Ya
mi boca te busca anhelando tus besos
y
recorren mis manos el primor de tu cuerpo.
Cual
cómplice Cupido, el agua de la ducha
nos
sugiere una eufórica y primorosa lucha.
El
agua disimula jadeos y gemidos,
y
tu ser se estremece recibiendo el ser mío.
La
lluvia es cual masaje que romance y euforia
combina
con astucia, y nos lleva a la gloria.
Entrando
yo en tu cuerpo, tu cuerpo estremecido,
tirito
en un nirvana de anhelos contenidos.
Y
en ti soy Universo, y libre de pecado,
soy
certeza e incierto, soy hombre enamorado,
me
diluyo en tus labios, me sublimo en tu sexo,
me
hago dios en tu gloria, y fuente en tu deseo.
Sabes
que quiero amarte de formas que subyugan,
amarnos
con euforia debajo de la ducha.
ALDO R. GUARDATTI
(Del libro "La camisa clara")
(Todos los derechos reservados)
Explosivo !!💋👏👏👏👏👏👏
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