Ni pura ni casta
yo te pretendo.
No puedo exigirte
lo que yo carezco.
Ni nívea, ni blanca
yo te merezco,
cuando las penumbras
aún oscurezco.
No puedo exigirte
que seas pura y casta,
no puedo pedirte
ser nívea, ser blanca,
tan sólo pretendo
la luz de tu alma
para iluminarme
en cada mañana,
y en carnal deseo
vibrar en la cama,
contigo en mis brazos,
lujuria exaltada.
Yo sólo pretendo
el fragor de tu cuerpo
llenándolo todo
de luz, por entero.
No, pues, pura y casta
sino loba en celo,
desnuda a mi lado
es como te quiero.
No ignorante y blanca,
sí sabia en deseo.
¿Pretender pedirte
lo que ansío quitarte?
Es cosa de brutos,
pues, tal disparate.
Pretender me des
lo que no puedo darte
sería negar un
motivo de amarte.
Pretendo tu cuerpo
brillando en deseo
hasta derretirme
anclado a tus besos.
Pretendo la gloria
que late en tu sexo,
tal vez enredado
entre tus cabellos.
Te pretendo hembra
de pasión y fuego,
pero pura y casta
yo no te pretendo.
Tal vez porque somos
tan sólo mortales
les damos valor
a cosas banales,
y vemos pecado
sin que hubiera males
donde otros gozaron
placeres salvajes,
que ansiamos nosotros
gozar insaciables.
De ti no pretendo
nimiedades vanas.
Pretendo tu euforia,
tu amor y tu calma.
Yo no te pretendo
ni pura, ni casta.
Te pretendo hembra,
con eso me basta.
ALDO R. GUARDATTI
(De "El libro de los homenajes")
(Todos los derechos reservados)
WoW!!!!!! Candente versos ��
ResponderBorrarPara Alfonsina ;)
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