Muchacha del oriente
que pareces surgida del pasado,
sumisa y obediente
por linaje y mandato,
por la cultura que te han legado.
Conoces los secretos
para brindar placeres a los
hombres
allende sus anhelos
y aún sus pretensiones,
aún más allá de sus ilusiones.
Un sutil maquillaje,
y de fina seda un sensual kimono
que habrá de deslizarse
de sugerente modo
hasta el suelo, grácil, desde los
hombros.
La suave piel desnuda
se exalta por hechizo de
perfumes,
y la muchacha, muda,
de su arte no presume,
y en el goce al hombre lo
zambulle.
Muchacha del oriente,
maestra de las artes amatorias,
sensual y complaciente,
que llevas a la gloria
al hombre, sin ingresarlo a tu
historia.
Heredera del arte
erótico, honorable que profesas,
que puedes transportarme,
con dulces sutilezas,
al mismo Edén, mi geisha
japonesa.-
ALDO R. GUARDATTI
(Todos los derechos reservados)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario