Percibo
un brillo en tus ojos,
un
brillo que he visto antes.
En
tácito desafío
comienzas
a provocarme.
Adoptas
como al descuido
poses
que bien practicaste,
y
mirándote al espejo
analizaste
en detalle.
Más
finjo no darme cuenta,
que
no logras afectarme,
aunque
me muerdo por dentro
y
casi hierve mi sangre.
Das
tu estocada final
haciendo
un sensual amague,
como
que de aquella prenda
tú
fueras a despojarte.
Para
mí ya es demasiado,
ante
eso soy vulnerable,
y
tu propósito logras,
y
tu victoria me place.-
ALDO R. GUARDATTI
(Todos los derechos reservados)
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