-- Cuando bailan, la dama es el cuadro y el caballero es el marco. Todo lo que él haga debe ser para que ella se luzca. En la pista todas las miradas van hacia la dama, como en una galería el público mira los cuadros.
El coordinador de escenario les anunció que era su turno.
Traspasaron el cortinado. Los recibió el mismo aplauso que a todos.
Tomaron posición, se apagaron todas las luces, excepto la del reflector que seguía a los bailarines, y ella fue el cuadro más admirado esa noche.
¡Brillaron!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario