Por
elegir dar su amor
a
gente del mismo sexo
se
expone a segregación
y
a padecer irrespeto,
a
que muchos los desprecien
por
“absurdos” sentimientos.
Que
“es absurdo el amor”,
es
cosa ya bien sabida,
pero
aún es más absurdo
condenar
con osadía
a
aquellos que aman de un modo
distinto
al que yo lo haría.
Entonces
los llaman “raros”,
y
los tildan de indecentes,
por
el simple hecho de ser
solamente
diferentes.
Los
juzgan sin alegatos
y
los condenan urgente.
Como
si acaso el amor
entendiera
de formatos,
se
aferrara a preconceptos,
no
escribiera nuevos pactos.
Como
si fuera uniforme
o
mantuviera recato.
Por
no ser “lo que debiera”
debe
pagar alto precio,
debe
enfrentar con valor
ataques
de los más recios,
por
elegir dar su amor
a
gente del mismo sexo.-
ALDO R. GUARDATTI
(Del libro "Despreciados y despreciables")
(Todos los derechos reservados)
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