Un ángel sobre un
hombro trata de aconsejarme,
y procura instigarme
Lucifer, sobre el otro.
Quieren volverme loco,
o tal vez sólo marearme,
más son insoportables
los dos, de todos modos.
Cuando uno me aconseja,
el otro lo contrario
exclama sin dudarlo,
pegándose a mi oreja.
Son berrinches y quejas
cada vez que hago algo,
porque uno está enojado
cuando el otro festeja.
Por eso he decidido lo
que es más saludable,
a ambos ignorarles para
evitar conflictos.
Ni al santo ni al
dañino yo volveré a escucharles.
Y en cada encrucijada
decidiré a mi modo,
sólo yo sufro o gozo
por lo que haga o no haga,
y hay un poco en mi
alma de ángel y demonio.-
ALDO R. GUARDATTI
(Todo los derechos reservados)
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