Transitaré
el laberinto de cuerpo irreverente
y
parsimoniosamente desandaré los caminos
de lo humano y lo divino,
de lo sabio y lo demente,
para irrumpir cual torrente
de miel mezclada con vino
en el cauce suave y tibio de tu erotismo elocuente,
y en éxtasis inminente triunfar, airoso, contigo.-
ALDO R. GUARDATTI
(Del libro "Húmedo... Tibio... Suave...")
(Todos los derechos reservados)
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