Como
restos de algún naufragio,
como
un mensaje embotellado
que
al mar de la vida ha arrojado
algún
dios a ritmo de adagio,
así
ante mí te has presentado,
como
incitación al pecado,
y
fue ese encuentro casi mágico
con
lo glorioso y con lo trágico
lo
que me dejó subyugado
e
innegablemente excitado.-
ALDO R. GUARDATTI
(Todos los derechos reservados)
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